La sonrisa es tu mejor rasgo.

"Sonríe cuando estés triste, porque más vale una triste sonrisa que la tristeza de no volver a sonreir"

viernes, 10 de junio de 2016

Mientras me hacía un piti en el mar a la luz de la luna me planteaba como empezar esta nueva entrada.
Me esperan ocho horas de viaje hacía lo que dicen será el viaje de mi vida. Yo no apunto tan alto, lo que sí tengo por seguro es que es el inicio de algo nuevo. Bueno, más bien este viaje marca el final de una etapa, el final de la etapa que he compartido con gente maravillosa. Ahora nuestros caminos se separán, caminamos un paso más hacia el futuro, como no, con ilusión, pero también con cierta pena. No es fácil despedirse y saber que ya no te vas a levantar cada mañana con esas caras sonrientes (o no tanto debido a las largas noches de insomnio) pero al fin y al cabo, es saber que ya no vas a tener en pocos metros cuadrados toda esa gente que luchaba por conseguie tu mismo objetivo. Y es que estábamos todos en el mismo barco. 
Me separan ocho horas y unos cuantos kilómetros de la última semana que vamos a levantarnos juntas.
Emprendimos juntos la aventura de bachiller y ahora lo hacemos de una menos dura, el viaje de fin de curso en esa isla idílica a la que vamos a disfrutar y olvidarnos de todo. Un viaje programado hace ya nueve meses y sin seguro de cancelación. Porque el final de la etapa tenía que llegar y ibamos a conseguirlo.
Este último año han cambiado muchas cosas de mi vida y otras tantas se mantienen igual. Pero ahora, solo puedo sentir cierta melancolía al saber que ya no voy a volver a probar esa comida asquerosa, ni a hacer esas largas colas.
Pero así es la vida, te junta y te separa en simples suspiros y yo solo puedo decir gracias. Al fin y al cabo, lo hemos logrado juntos y las victorias siempre saben mejor acompañdos.
Ocho horas y unos cuantos kilómetros de empezar ina nueva vida.