La sonrisa es tu mejor rasgo.

"Sonríe cuando estés triste, porque más vale una triste sonrisa que la tristeza de no volver a sonreir"

martes, 8 de septiembre de 2015

A mi yo futuro


Hola bonita;
se acaba el verano, ya estamos a septiembre y eso significa vuelta a la rutina. No se si tienes vacaciones o algo de tiempo libre pero recuerda que el pueblo siempre es un buen lugar para volver. Allí has pasado grandes momentos y conocido a grandes personas. Espero que aún te acuerdes de este verano, de este o de cualquier otro. La rutina no ha cambiado a penas desde que tengo (tenemos) 8 años. Me sigo levantando con ganas de salir a la calle y la piscina por la tarde es sagrada. Algo sí que ha cambiado, los fines de semana no son dos días más normales y corrientes. Este, ya es el tercer año que salgo de fiesta y con esto no me refiero a ir a la discomóvil del pueblo y pelearse con los chicos un rato o ir al pueblo de al lado a pasar la tarde. Me refiero a ir por los pueblos y apuntarse a la fiesta. ¡Somos unas expertas en organizar el verano para no faltar a ninguna fiesta! Aún así siempre nos quedan cosas pendientes ya sea por el tiempo o por la falta de voluntarios que nos lleven. 
Si tienes hijos, recuerda que en el pueblo con una bicicleta se es feliz. Se menos cascarrabias y recuerda que tu tampoco llegabas nunca a hora de cenar y que no hace falta que los persigas o tengas controlado en cada segundo donde están. El pueblo está para desconectar y nunca está de más que aprendan a ser independientes. Si ya son más mayores acuerdate de lo que te molestaba que tus padres no 'movieran' coche así que enróllate un poco y llévalos a ese pueblo al que están deseando ir pues, al fin y al cabo, solo son cuatro fines de semana al año. 
Si no eres madre, seguro que tienes algún sobrino o los hijos de tus amigas.
En el pueblo se vuelve a tiempo atrás en muchos aspectos, por eso, te voy a contar los remedios caseros que más utilizamos. Para la resaca, un ibuprofeno y dos vasos de agua antes de acostarse, esto no es un remedio casero propiamente dicho pero funciona. Los dolores de garganta se alivian haciendo gárgaras con bicarbonato y bebiendo agua, miel y limón o leche con miel. Para los dolores de la regla, nada funciona tan bien como medio vasito de anís; no te preocupes de emborrachar a nadie, total, lo máximo que puede pasar es que lleve la bici haciendo eses. La fiebre baja bañándose con agua fría y en los cumpleaños se brinda con mistela. Está bien, me has pillado, esto no es un remedio casero, es más bien como una especie de tradición desde que somos pequeñas; era lo que nos sacaban las abuelas cuando celebrábamos algo al igual que todas las cenas las acabámos con una copita de pacharán, aunque cuando esto ya éramos más mayores.
Recuerda sonreír, ser feliz y, hazme caso, regresa a visitar el pueblo.

La suerte de mi vida

Me faltas tú.
Me faltas tú y ya no me queda nada. Ni siquiera puedo escribir. He soñado cada noche que me levantaba y te veía sonreír, siempre pensaba que seguro que pasabas a mi lado y me saludabas y por arte de magia te enamorabas de mi. Como en los cuentos de princesas. Pero, yo no tengo hada madrina y lo más cerca que he estado de ser una princesa es cuando mi padre me llamaba "princesa del potito" por lo refunfuñona que era de pequeña. Para mi, sigues siendo un principe, un principe que me rescatará de la torre del castillo, me llevará a pasear y me jurará amor eterno. Que tonta ¿verdad? No soy una chica de mil amores, de las que despiertan cuchicheos y hay que estar ciego para no seguirlas con la mirada y tienen cientos a sus pies aunque ellas solo busquen a uno.
Más bien soy la típica amiga fea que las acompaña, no la simpática, simplemente la feita a la que le gusta divertirse aunque nunca te fijarías en ella. Porque la vida es así ¿sabes? No todas hemos nacido para tener una vida perfecta y sin nosotras las guapas serían menos guapas.
Me he vuelto a tintar el pelo. Buscando tener la fuerza necesaria para decirte que me muero por tus huesos y que no me imagino nada más perfecto que estar a tu lado. Pero hoy tampoco será, ni la semana que viene. Quizás de aquí un tiempo, quizás el próximo verano, quizás nunca. Hay que ser muy valiente para decir lo que sientes y, yo, lo siento, pero no soy de esas. Más bien soy de las que van con pies de plomo, de las que no se emocionan demasiado y siempre le quitan importancia a todo, de las que antes te dicen sus defectos que sus virtudes para que no te lleves ningún susto si te quedas. Pero, ¿a quién queremos engañar? La publicidad es lo que vende y, si no nos fiamos de la gente y no nos queremos ¿cómo vamos a ser de fiar o dignas de querer?. Suelo hablar en plural. Supongo que será porque así me siento menos sola, pero en el fondo en cada plural se esconde un "yo", el miedo a ser la única, a estar sola y ser incapaz de conseguir lo que me propongo.
Hoy he aprendido que nada es imposible, pero esto no es cierto. Es imposible que alguien esté triste si te ve sonreír.