La sonrisa es tu mejor rasgo.

"Sonríe cuando estés triste, porque más vale una triste sonrisa que la tristeza de no volver a sonreir"

martes, 8 de septiembre de 2015

La suerte de mi vida

Me faltas tú.
Me faltas tú y ya no me queda nada. Ni siquiera puedo escribir. He soñado cada noche que me levantaba y te veía sonreír, siempre pensaba que seguro que pasabas a mi lado y me saludabas y por arte de magia te enamorabas de mi. Como en los cuentos de princesas. Pero, yo no tengo hada madrina y lo más cerca que he estado de ser una princesa es cuando mi padre me llamaba "princesa del potito" por lo refunfuñona que era de pequeña. Para mi, sigues siendo un principe, un principe que me rescatará de la torre del castillo, me llevará a pasear y me jurará amor eterno. Que tonta ¿verdad? No soy una chica de mil amores, de las que despiertan cuchicheos y hay que estar ciego para no seguirlas con la mirada y tienen cientos a sus pies aunque ellas solo busquen a uno.
Más bien soy la típica amiga fea que las acompaña, no la simpática, simplemente la feita a la que le gusta divertirse aunque nunca te fijarías en ella. Porque la vida es así ¿sabes? No todas hemos nacido para tener una vida perfecta y sin nosotras las guapas serían menos guapas.
Me he vuelto a tintar el pelo. Buscando tener la fuerza necesaria para decirte que me muero por tus huesos y que no me imagino nada más perfecto que estar a tu lado. Pero hoy tampoco será, ni la semana que viene. Quizás de aquí un tiempo, quizás el próximo verano, quizás nunca. Hay que ser muy valiente para decir lo que sientes y, yo, lo siento, pero no soy de esas. Más bien soy de las que van con pies de plomo, de las que no se emocionan demasiado y siempre le quitan importancia a todo, de las que antes te dicen sus defectos que sus virtudes para que no te lleves ningún susto si te quedas. Pero, ¿a quién queremos engañar? La publicidad es lo que vende y, si no nos fiamos de la gente y no nos queremos ¿cómo vamos a ser de fiar o dignas de querer?. Suelo hablar en plural. Supongo que será porque así me siento menos sola, pero en el fondo en cada plural se esconde un "yo", el miedo a ser la única, a estar sola y ser incapaz de conseguir lo que me propongo.
Hoy he aprendido que nada es imposible, pero esto no es cierto. Es imposible que alguien esté triste si te ve sonreír.

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