La sonrisa es tu mejor rasgo.

"Sonríe cuando estés triste, porque más vale una triste sonrisa que la tristeza de no volver a sonreir"

sábado, 9 de noviembre de 2013

El polar blanco.

Sabes que ha llegado el momento cuando las cosas que antes adorabas ya no te apetecen. Dar vueltas en la noria, ponerte boca abajo o simplemente comer patatas fritas con mucho ketchup.
Ahora es cuando necesitas a tu mejor amiga, a alguien que te comprenda. Por otro lado por tu culpa ya no es lo mismo, elegiste, elegiste quitar problemas y ahora sabes que seguramente no fue lo correcto. Que las cosas cuando se rompen se arreglan, no se tiran a la basura. Ya no tienes a nadie con quien hablar, a quien decirle que no, no estás bien, estás de bajón y sientes que ya no encajas en ningún sitio.
Por otra parte llevas el polar blanco, ese que sólo utilizas para ir por casa y que aún huele a leña de algunas vacaciones. El blanco simboliza la pureza, pero es alucinante que después de los recuerdos que te trae aún siga de ese color. Tienes ganas de llorar, pero no quieres hacerlo. Llorar sería como compadecerte de ti misma y tu sólo quieres encerrarte en tu mundo e irte pronto a dormir. Los libros siempre te han acompañado en estos momentos para transportarte a mundos nuevos pero sientes que en esta ocasión es diferente. No te gusta lo que siempre te había gustado.
Sigues de bajón y quieres mejorar, pero no sabes si es de verdad lo que quieres o diciendo eso quieres demostrar que tu lo intentas para compadecerte un poco más de ti.
Se ha acabado la película, los sueños de los protagonistas y sus ilusiones que por dos horas habías echo tuyas. Apagas la luz y subes la escalera a oscuras, la casa es tuya, estás sola. Es precisamente esa soledad lo que te induce a entrar en una habitación y tumbarte en la cama. Si hubiera más gente tendrías que disimular pero ahora eres solo tú. Tú con tus problemas. Tú con tus manías. Tú con tus miedos. Tú con tus deseos. No te reconoces, hace años que no te pasaba esto. Tienes un comportamiento de niña. Cambias las fotos, para ti ya no significan nada, las experiencias no se repiten e idealizamos los recuerdos, nadie se acuerda de sus miedos de niño pero si de sus aspiraciones; nos creemos demasiado perfectos pra la maldad. Decides ponerte a leer para comprobar si nos viejos remedios aún sirve y deseas con toda tu alma que sea así. Sólo quieres evadirte, ahora te vendría bien un GIN-tonic, una ración de amor, un tengo ganas de ti.

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